Caí, como siempre que escupo al cielo termino con la cara llena de baba. Tengo un blog, y ni siquiera puedo prometer que los sorprenderé o que seré una entretención garantizada. Simplemente verán más de las cosas que se me ocurren, que me pasan, que imagino o que me gustan, pero ahora a través de la internet. El mundo tecnológico nunca ha sido mi amigo, pero bueno, como les digo, caí. No prometo tampoco escribir siempre ni nada, porque, como en todas las cosas de la vida, soy el sinónimo de inconstancia.
Ahora, creo que me permito la oportunidad de tener un blog por el hecho de que me gusta escribir, desde siempre, desde chica y lo bueno es que a medida que he ido creciendo me he ido puliendo. Soy una escribidora, estoy llena de libretas, una para los pensamientos de micro, otra para citar a mis admirados, otra para cuando estoy triste, otra para volcar mis pensamientos amorosos, en fin, un buen regalo para mi son los cuadernitos. Ahora quiero mostrar, algo que no hago desde que tenía 15 años y me apoderaba de las agendas de las niñas en el colegio (algo que sin duda tendrá un comentario aparte). Mi personalidad copiona o de "yo también quiero" me ha llevado a copiar la idea de tener este espacio, no estaba aburrida, no me sobra el tiempo, no me pagan por esto, no. Sólo se me ocurrió (copiarlo) porque Lolín también tiene uno. Pero bueno, la cuestión es que me puedo revolcar en mi propia tumba de frases lanzadas, y decir "Sí, tengo blog y qué?"
Primera entrega dedicada al niño lindo e inspirador... Lolín
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