
Hay gente extraña en este lugar. La cosa es que en abril del año pasado sufrí un extraño accidente en mi hogar. Algunos saben la historia completa, pero ahora haré un breve resumen... estaba en mi casa, sola, cuando llegan 3 loquillos y me asaltan. Todo muy extraño, porque la conversación fue algo así como:
- yo (a asaltante q me amenazaba con machete): pero, podríamos conversar... (aplicando la psicología barata e inefectiva)
- asaltante (q no me dejaba mirarlo): pero loca entiende es nuestra pega...
Obvio, todo súper lógico. La cosa q es que me amarraron manos y pies y me taparon la boca. Una cosa que me traumó harto, pero que ahora puedo contar con soltura. Sin embargo, como no vivo en Vitacura, mi casa no tiene ADT y no se llevaron las valiosas joyas que mi familia no tiene, la cosa no salió en la prensa, soy de las "víctimas anónimas". Y ahí viene el cuento que quiero contar... este año asaltaron a unos loquillos de no sé donde, un matrimonio joven que se movió e hizo un encuentro para denunciar la delincuencia. Quién picó con le asunto? mi mamá. Dónde se hizo el encuentro? en Plaza Italia. La cosa es que mi mamá me convenció de que TENÍAMOS que ir. Ya filo, total qué tan extraordinario podía ser ir a un encuentro con más gente que había sido violentada en su casa? nada, una cosa pacífica, piola. Pero cuando pensé que con Buñuel lo había visto todo (no voy a hablar de Dalí porque no me gusta que esté tan sobrevalorado, es algo así como el Nelson Ávila del arte español, aparte que hay otros surrealista muchos mejores en la corriente onírica, ya y estudio historia del arte y bla, blá, blá) me dí cuenta que el Perro Andaluz era una alpargata.
Llegamos y lo primero fue notar que mi desteñido color de pelo aún no llegaba a ser tan claro como el del resto de mis compañeros, ni mis ojos y menos mi piel. Osea, puros cuicoides (aclaro que no soy resentida social, no me voy a hacer la proletaria o la pro flaites, pero los cuicos viven en otro mundo y no me nieguen eso). Ya filo, en verdad ese no era un problema... cuando empecé a cachar que el asunto tenía ambiente de terapia grupal a lo: "Cúal es tu nombre?", "Jóse", "TE QUEREMOS JÓSEEE". Ya la cosa me pareció un poco fea.
El ambiente era de un fraternalismo extremo, estábamos ahí para compartir nuestras experiencias extremas, todo era atroz, atroz. Pero eh! la cosa es que la delincuencia no sólo afecta a los ricos, como ellos mismos dicen, sino que también a nuestros conciudadanos de Quilicura, Puente Alto, Pedro Aguirre Cerda y tanta otra comuna periférica que hay. En fin, si esto resulta muy subjetivo, les diré que este multitudinario encuentro acaparó portadas de todos los medios de prensa, algo que por ejemplo las organizaciones de ciclistas (tema que abordaré pronto) o ecologistas no han conseguido nunca.

En fin, procedo a contarles qué clase de personajes estaban en este lugar. Con mi madre nos posicionamos cerca del monumento, que oficiaba de escenario, giro mi cabecita hacia la derecha y quién estaba??? nada más y nada menos que Mary Rose Mc Grill, con su compinche, Julita Astaburuaga y otra viejuja igual de arrugada y platinda que las anteriores, con su cartelito antidelincuencia. Sigo mirando y veo, guau! Marcela Vacarezza con panza y todo, más allá a Julián Efelfein (como notarán estoy escribiendo los apellidos antojadizamente). Y así, mientras sonaban las vivencias de otros compañeros, veo a alguien, alguien como Cristian Warnken. Aaaaahhhhh... rompimiento de gloria. Ahí me empecé a meter entre la multitud, porque tenía que hablarle, decirle que anteriormente su programa me había iluminado la vida y un montón de otras cosas de calcetinera intelectualoide. "Cristian?", que a todo esto medía como 3 metros, "sí?", responde él con su mano en la pera, tocándose la barba, igualito como en el programa, "oye es que quería felicitarte (mamona) porque tu programa en verdad me iluminó la vida (3 veces mamona)", "oh, gracias, gracias", "oye y que onda con el programa? lo van a dar de nuevo?", porque todo esto fue como en junio, "sí, mira te puedes meter a la página, si quieres te la anoto", ahí le pasé el Publimetro que me habían dado recién y que era el único papel que tenía disponible. La cosa es que igual hablamos más, pero eso es lo más relevante. Él leyó luego un mensaje para todos nosotros, los asaltados.
Los carteles, como pueden ver en la foto, trataban de dar vuelta la tortilla y calificar nuestro estado actual como dictadura, pero eso no es todo... venían más y más vivencias. Onda la señora Guanchumelita de no sé dónde, que le había pasado no sé qué, y luego la gente o público de todo este espectáculo, gritaba "vamos Guanchumelita, estamos contigo" y así como si nada los aleonaban. Estaban hablando de jueces negligentes, de que el gobierno era una mierda, que los fiscales, gente que lloraba cuando contaba su historia de horror. Cuando de repente se sube un tipo, que no recuerdo quién era, y empieza a decir "y qué pasa con el Gobierno?, qué pasa con la justicia?" qué pasa con un millón de cosas más y la gente espontaneámente empieza a gritar: PENA DE MUERTE!!!
Pena de muerte????? qué??? Julita y sus amigas movían sus cartelitos al son de pena de muerte, así mismo como todo el resto de mis contertulios. Demasiado para mí. Onda Ku klux klan, santa inquisición y la cuestión. Lo peor es que lo decían en serio. Y yo pensaba en mis asaltantes... y me sentía mal. Y lo he pensado y lo he pensado, pero nunca le he deseado mal a nadie y no creo que esta sea mi primera vez...
Dedicado a Lolín y a la Caty que me acompañaron durante mi estado de shock aquella vez...